lunes, 11 de agosto de 2008

Apostatar por la via dura

Fuente: Consume hasta morir

A pesar de que la posibilidad de cambiar o de abandonar cualquier religión está recogida en la Ley Orgánica española de Libertad Religiosa de 1980, apostatar (dejar de pertenecer a la Iglesia Católica) es de lo más surrealista que alguien puede intentar hoy en día.
Justamente Madrid, que alardea de estar gobernada por políticos "liberales", es una de las Comunidades que más problemas pone para lograrlo. Para apostatar hay que solicitarlo a la parroquia donde se recibió el bautismo y también al arzobispado al cual pertenece dicha parroquia, pero lo más frecuente es que no haya ni respuesta. En realidad, la Iglesia considera la apostasía como un pecado que va contra el Primer Mandamiento y lo castiga con la excomunión.
Pues bien, no perdamos la esperanza. Se abre una nueva vía. L’Osservatore Romano, el diario de la Santa Sede, ha publicado un "Decreto General Sobre el delito de ordenación sagrada de una mujer" que establece la excomunión inmediata de aquella mujer que sea ordenada sacerdote.
El Vaticano, tan atento como siempre a las últimas tendencias, ha querido con esto cortar de raíz las pretensiones de algunas corrientes que defienden un mayor protagonismo de la mujer en la Iglesia, y además, abre una nueva vía, no ya sólo de apostatar, sino de ser excomulgada directamente, y sin mandar cartitas ni nada.

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