lunes, 28 de julio de 2008

Un jefe de Falange implicado en un ataque ultra

Desde hace tres años, Guadalajara es escenario de agresiones fascistas que quedan impunes. En junio conocidos ultras atacaron dos eventos alternativos, y aunque varios policías presenciaron uno, no intervinieron.
Fuente: Diagonal

En la madrugada del 29 de junio, seis conocidos fascistas irrumpieron con palos en las fiestas populares de Yunquera de Henares (Guadalajara) y atacaron a varias personas. Uno de ellos, Emilio García Esteban, apuñaló a un joven en el cuello. Según varias fuentes, entre los ultras estaba Israel Galve Maldonado, jefe provincial de Falange Española que pasó ocho meses en prisión preventiva por apuñalar a un joven en el bar Chinaski de Guadalajara en febrero de 2005. Las víctimas de la agresión denunciaron los hechos ante la Policía Nacional y la Guardia Civil, que al cierre de esta edición no habían detenido a nadie pese a conocer la identidad de todos los agresores.
Este fue el segundo ataque fascista del mes. El 14 de junio, el Centro Social Okupado y Autogestionado El Nido había convocado una manifestación en Guadalajara con motivo de unas Jornadas en Defensa de la Okupación. Según un activista, “la policía suele estar en el lugar hasta hora y media antes de las manifestaciones. Ese día, cinco minutos antes había diez nazis con bates que agredieron a una chica. Se fueron y apareció la policía”. Luego estaba previsto un concierto en el centro social. “A las nueve de la noche apareció un coche con cinco miembros de la Brigada de Información, conocidos por participar en interrogatorios, registros y cacheos de activistas”. Poco después, “cinco nazis atacaron El Nido disparando bengalas. La gente se asustó”, pero cuando reaccionaron, los ultras “salieron huyendo. Los policías presenciaron la agresión sin hacer nada”. Según fuentes que prefieren mantener el anonimato, “varios de estos policías acudieron a la concentración de apoyo que Falange Española organizó durante el juicio a Israel Galve Maldonado en 2007. Se les vio departiendo en confianza con líderes falangistas”.
El 23 de enero de 2007, Galve Maldonado, entonces en libertad condicional, ya participó en una razzia de una treintena de ultraderechistas contra jóvenes de la ciudad. Cuando éstos huían, fueron intimidados y agredidos por policías nacionales. Uno de los jóvenes, que fue detenido y apaleado en comisaría, interpuso una denuncia que finalmente fue archivada. Varias fuentes denuncian la “complicidad judicial” con los fascistas.
En octubre de 2007, la presidenta de la Audiencia Provincial, Concepción Espejel, y dos juezas más consideraron que el líder falangista no quería matar sino lesionar al joven al que propinó tres puñaladas en el bar Chinaski y le condenó a dos años de cárcel, por lo que no volvió a entrar en prisión. Tampoco aplicaron el agravante ideológico a los implicados porque éstos negaron pertenecer a ningún partido.

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