domingo, 20 de julio de 2008

Mi libertad aumenta donde empieza la tuya

El burgués afirma: "mi libertad acaba donde empieza la tuya".
Se podria traducir como: "mi libertad acaba cuando te hago daño. Pese a todo, tengo libertad para decidir, si te agredo o no. Mi agresión, depende de mi decisión. Mi agresión, depende de mi libertad."
Según esta máxima tan extendida, los burgueses aceptan la capacidad de agresión como una parte de la libertad... como una parte corrupta y asquerosa de la libertad, eso sí. Afirman al libertinaje como forma de libertad, aunque la censuran (a veces).
Quiza está sea la razón de su forma de ser. Si su libertinaje forma parte de su libertad, es lógico, en la mente del burgués, que el enfrentamiento forme parte de su realidad cotidiana... y por lo tanto, es lógico, que existan las guerras, las torturas, la represión.

Yo respondo (y muchos antes lo hicieron antes que yo): "mi libertad aumenta donde empieza la tuya".
Yo no creo que, tener capacidad de agresión, forme parte de la libertad del individuo. La agresión, cuando no queda mas remedio, no es una respuesta libre de la persona... no hay otra salida. Hacer daño, por hacer daño, es de enfermos, no de personas libres. Me atrevo a afirmar, que los seres libres, con capacidad de elección, nunca utilizan la violencia. La libertad es otra cosa.

El burgués se revuelve: "los ácratas también habeis usado la violencia... y la usareis. Desde Angiolillo, hasta Morral, pasando por Unabomber... habeis usado la violencia, en nombre de la libertad".

Yo no creo en la violencia. Vosotros habeis creado el estado, la represión, los ejércitos, las cárceles, las torturas,... por un afán loco de ordenarlo todo, por una afición desmesurada por acabar con la individualidad... vosotros habeis forjado este mundo tan vomitivo. A los que usan la violencia, les ha tocado vivir en él. Ellos no han tenido libertad para decidir.

No hay comentarios: