domingo, 20 de julio de 2008

(Sevilla): Desalojo de un nuevo corral de artesanos en Sevilla

Fuente: Grupo de Acción Social

El corralón de artesanos de la calle Castelar, en el centro de Sevilla, será vaciado por la empresa propietaria del inmueble donde desarrollan sus actividades. Este desalojo, es un paso más en el exterminio de las actividades tradicionales en el casco histórico de la ciudad.

El corralón está compuesto por diferentes talleres artesanales que se encuentran en la zona desde hace más de un siglo, siendo uno de los pocos que permanecen en el centro de la ciudad y que no ha sido recluido a las afueras.

Los once talleres se instalaban en una nave alquilada, aunque la empresa propietaria, Garajes Santa Inés, no tiene intención de renovar el contrato, con lo que tendrían que marcharse. Esta situación está siendo denunciada por la Plataforma de Artesanxs del Casco Antiguo (P.A.C.A.), aunque las administraciones locales y andaluzas no hacen nada por impedir que se segregue de esta forma la actividad artesana len Sevilla.

En este sentido, la P.A.C.A. ralentizó el proceso de derribo y acoso a los talleres de artesanos por parte de los intereses especulativos; sin embargo, el PGOU ha calificado esos terrenos como de uso residencial, negando todo su valor tradicional.

Este desalojo viene en la trayectoria de otros desalojos sistemáticos de corrales de artesanos o talleres en el casco histórico de Sevilla. De este modo, éstos se van desplazando a la periferia de la ciudad, convirtiendo esos terrenos en pasto para los especuladores y constructores. En noviembre del año pasado, la P.A.C.A. denunció el desalojo del corralón de artesanos de la calle Bustos Tavera, 26; éste ocurrió al no renovar el contrato de alquiler a medida que iban caducando, terminando por echar a todos los inquilinos. Tanto los artesanos, como sus alumnos, que suman casi una centena de personas y profesionales, fueron expulsados, a los que se suman los vaciados anteriores en calles como el Pasaje Mallol, 13 ó San Luís, 70. Éste último, con intervención policial y total derribo del inmueble, por parte de un organismo del Ayuntamiento: EMVISESA.

Estas acciones chocan frontalmente con la política que tanto la Junta como el Ayuntamiento pretendían defender, la de trabajar en pro de la pervivencia de estos espacios y el apoyo de su actividad artesanal. Precisamente, la ocupación de la Fábrica de Sombreros tiene esta reivindicación, ya que se usa como lugar de reunión de artesanos, y fue ocupado por ellos mismos para realizar sus actividades en el casco histórico, lugar donde, históricamente, se han realizado sus actividades.

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