viernes, 20 de marzo de 2009

Cuatro años de cárcel para dos ’mossos’ por pegar y detener ilegalmente a un ciudadano

Tortuga
Cuatro años de cárcel para dos mossos d’esquadra y tres años para otra policía. Son las penas que ha impuesto la Audiencia de Barcelona a los agentes Albert Frabegat, Juan Díaz Fortes y Mónica Fraile por los delitos de detención ilegal y contra la integridad moral cometidos cuando estaban libres de servicio tomando una copa en un local y se produjo un incidente con un ciudadano que acabó esposado y golpeado en comisaría. La misma sentencia condena a penas de entre ocho y 11 años de inhabilitación a los policías, así como a pagar las costas del proceso y a indemnizar a la víctima, José Antonio Medina, con 8.200 euros. También declara la responsabilidad civil subsidiaria de la Generalitat.
Los hechos ocurrieron la madrugada del 2 de junio de 2006, en la sala Bikini de Barcelona, donde se encontraban los tres agentes. Al pasar ante un grupo de personas se produjo un pequeño roce no intencionado entre la policía y un cliente. Los compañeros de la mossa entendieron que le había tocado las nalgas y se produjo un altercado. En esa discusión, José Antonio Medina cogió a un policía por el cuello y lo tiró al suelo, sin llegar a golpearlo, por lo que ahora ha sido condenado a una multa de 400 euros. Todos acabaron en la calle tras la intervención de los servicios de seguridad y fue entonces, dice el tribunal, cuando los policías se identificaron como tales, pese a que en el juicio dijeron otra cosa.
En el exterior, los agentes acusaron a Medina de un delito de atentado y le manifestaron "ahora te vas a cagar", según la sentencia de la Sección Octava de la Audiencia de Barcelona. Al llegar una patrulla policial, Medina fue esposado y conducido a la tristemente célebre comisaría de les Corts. Allí fue introducido en un cuarto, donde los policías Fabregat y Díaz "le volvieron a manifestar que era un chulito y que se iba a cagar". Fabregat, que había sido secretario general del Sindicat de Policías de Catalunya, le propinó un cabezazo y entre los dos, diversos golpes. Luego "le manifestaron que sabían dónde vivía y que si tenía cojones para denunciarlo lo matarían y se follarían a su mujer", según dice textualmente la sentencia.

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