lunes, 9 de febrero de 2009

Juicio por torturas contra dos policías en Madrid

En 2006, la detención a golpes de un menor en la calle provocó los reproches de los viandantes. Uno de ellos fue también golpeado y detenido. Y acaba de ser juzgado.
Otro Madrid
En 2006, la detención a golpes de un menor en la calle provocó los reproches de los viandantes. Uno de ellos fue también golpeado y detenido. Y acaba de ser juzgado.
“Para mí es muy importante haber llegado a la Audiencia Provincial, ya que estaban dos policías imputados”. Así resume el abogado Servando Rocha el largo proceso para juzgar los hechos que rodearon la detención, traslado a comisaría y posterior hospitalización del joven madrileño E.M.B.
El 30 de enero de 2006, una espectacular detención de un menor de edad por siete policías nacionales provocó un gran revuelo en la plaza de Lavapiés, un céntrico barrio de Madrid. Según afirman numerosos testigos, el detenido fue reiteradamente golpeado aunque no ofrecía ninguna resistencia. Un grupo de viandantes empezó a increpar a los agentes exigiendo con gritos que pararan. Los policías, visiblemente nerviosos, arremetieron a porrazos e hirieron a varias personas. Entre ellas estaba E.M.B. Según su relato, recogido en su denuncia por malos tratos, “eché a correr, siendo perseguido por los agentes, fui golpeado por uno de los policías con un objeto duro y pesado, lanzándome con violencia contra una señal de tráfico. Inmediatamente, se acercaron unos cuatro agentes que me rodean y comienzan a golpearme con patadas y porrazos, sobre todo en la zona de las piernas. Estoy mareado, el brazo me duele muchísimo. Aún así, los agentes me insultaban con expresiones como ‘Hijo de puta’ o ‘Cabrón’ y me colocan las esposas”. Introducido en un coche policial, siempre según el relato, “un agente se asegura de que está bajado el cierre de las puertas y me advierte de que ‘ahora te vas a cagar, hijo de puta’ ”. E.M.B. fue trasladado a la comisaría de Leganitos junto a otros dos detenidos. “Nos sientan en la entrada, custodiados por unos seis o siete policías. Uno de ellos dice: ‘¿Estos son los de Lavapiés?’ para, seguidamente, insultarme como ‘rojo de mierda’. Suplico que venga un médico, ya que me duele terriblemente un brazo, pero me contesta un agente que ‘te rompería el otro brazo, cabrón”. E.M.B. recuerda también que “al salir de una oficina, un agente me agarra del cuello y me propina hasta tres puñetazos a la altura del estómago.” Según su relato fue reiteradamente golpeado por diferentes policías.
Su estancia en la comisaría fue breve, apenas 45 minutos hasta la llegada de la unidad del Samur llamado para atender sus lesiones. Esa misma noche ingresó en el hospital 12 de Octubre, aunque no recibió el alta hasta cuatro días más tarde, tras ser intervenido quirúrgicamente por las lesiones en el codo. E.M.B. presentó una denuncia por malos tratos, pero sin identificar a ningún agente en concreto, puesto que no tenía sus identidades. Según explica Rocha, “progresivamente, cuando fue pasando el tiempo, logramos imputar a un agente tras una rueda de reconocimiento, en la que sin ninguna duda” el joven “reconoció a uno de ellos, al que le lanzó contra la señal”.
A su vez los agentes denunciaron a E.M.B. por un delito de atentado contra la autoridad. Ahora, el 14 y 16 de enero, tres años más tarde, se ha celebrado en la Audiencia Nacional de Madrid el juicio. Esta vez el joven no estaba solo, unas 40 personas estuvieron presentes en la vista oral para expresarle su apoyo. Según describe Rocha, “teníamos delante al abogado de la Policía, que es el del Sindicato Unificado de Policía, y luego teníamos al abogado del Estado, que está presente porque, al ser los acusados funcionarios, en caso de condena, el Estado responde de forma subsidiaria de las indemnizaciones. Realmente eran dos abogados contra nosotros. Más el fiscal. El fiscal ha intentado una especie de solución salomónica: ha bajado la acusación de un delito de atentado al de resistencia, que son seis o siete meses aproximadamente de condena. Lo malo ha sido que también ha retirado la denuncia por lesiones a los policías y les imputa un delito de imprudencia con resultado lesivo. Algo irrisorio. Las indemnizaciones siguen siendo más o menos las mismas”. Respecto a su acusación contra los policías, Servando aclara que su acusación principal es contra uno de los agentes contra el que “hemos pedido siete años de cárcel por lesiones y torturas, además de la inhabilitación” para ser policía. El juicio ha quedado visto para sentencia. Pero Rocha no se hace ilusiones: “Nos encontramos siempre con el muro de que es tabú hablar de malos tratos y torturas y, por supuesto, imputar lesiones a un policía. Hay poca valentía en este país para condenar a un policía. Eso lo sé yo y lo sabe todo el mundo”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

a mi me llevaron a la comiseria de leganitos.Previamente me pegaron con una porra extensible y me destrozaron la cara.tengo heridas por todo el cuerpo y desviacion de tabique...en comiseria nos insultaron y nos pegaron..tardareon en llamar al abogado todo lo que quisieron y mas...me siento indefenso ya que se estan cubriendo unos a otros..si alguien me puede ayudar por favor que contacte conmigo en paco_yus@hotmail.com...toda la ayuda para parar esto es poca....muchas gracias