La realidad de Burgos 2016

Mientras los políticos hacen viajes con esta escusa y la población se contagia con la publicidad política creyendo formar parte de una competición que no tiene premio, es lógico poner un poco de cordura y decir sin tapujos que el interés detrás de esta candidatura no es la cultura ni enseñar Burgos a toda Europa sino dinero, interes e hipocresía.
A ellos, los que patrocinan este evento, sí los políticos, no les interesa la cultura más que de cara a la galería. A ver si no como se “jode” un millón y medio de Euros en la compra de la espada Tizona, todos querían salir en la foto, el Alcalde, el Cacique… pero cuando todo se supo, todos querían tapar la foto y en el diario del cacique, el Diario de Burgos, yo no vi la estampa rectificada.
Reza la foto: “Tu adhesión es capital”. Si hombre, tu trabaja gratis mientras los políticos lo rentabilizan en votos y se pegan buenos viajes a costa de todos, luego un buen día se te ocurre visitar la web de las ciudades candidatas y descubres defraudado que Burgos va muy mal en las votaciones, que poca gente la conoce por su cultura y que en toda España menos en Burgos resonó con rotundidad que el dinero público fue presa de una estafa para tontos incultos.
Y otra vez los políticos, sus campañas y tu ilusión te han vuelto a traicionar, metiste la papeleta pensando que este sueño es posible, pero lo más probable es que la realidad te termine abriendo los ojos. Aunque como la esperanza es lo ultimo que se pierde imagínate que ellos ganan y la mentira triunfa, que toda Europa se cree que de España Burgos es la que merece realmente ser Capital de la Cultura, tu no vas a ver ni un puto duro, los millones se gastan en Tizonas falsas, viajes para los gobernantes y negocios para los empresarios que mejor saben explotarte. Tu trabajas, aveces gratis y aveces por cuatro duros, disfrutar de tu dinero y esfuerzo ya disfrutan otros junto a tus representantes.
Yo lo tengo claro, ganen o pierdan, no pienso formar parte de esta farsa que tan fácil te engancha y se contagia, con bonito nombre, el de la cultura, pero falsas intenciones.